Monday, July 29, 2024

El San Diego Comic Con 2024: una forma de carnaval

Del miércoles 25 de julio al domingo 29, Comic Con, la convención por excelencia de cultura popular en sentido amplio, se desarrolló en esta ciudad del sur de California, llegando a su nivel pre-pandemia de 135 mil visitantes.  Es un carnaval que bien ilustra la imagen de un torbellino que succiona cuanto se cruza por su camino, transformando objetos y personas en cosas disparatadas que luego escupe sin ton ni son: el auto retro de los Fantastic Four atravesando el escenario de Hall H, en el Centro de Convenciones; los edificios contiguos del Gaslamp District  literalmente “envueltos” de planta baja a terraza en lienzos publicitarios de películas y series, como Spongebob; disfraces imaginativos, muchos indescrifrables; “homeless” durmiendo en carpas precarias; juguetes de peluche tamaño baño; despliegue policial y de voluntarios para organizar el incesante hormiguero humano; cacofonía de sonidos; colas de cuadras; y un caos generalizado de olores y colores.
 
Harrison Ford gives the Red Hulk roar in Hall H
El clímax de Comic Con fue la presentación de Marvel, un show de una hora a todo trapo, mezcla de concierto de rock y circo, en el cual Kevin Feige, presidente de Marvel Studios anunció las cinco superproducciones para 2025 y 2026: Captain America: Brave New WorldThunderbolts * (con un asterisco sin explicación por ahora), Fantastic Four: First Steps y los próximos dos Avengers - Doomsday y Secret Wars.  Luces psicodélicas, música estridente, 6, 500 fans enardecidos, la presencia insospechada de Harrison Ford y Robert Downey Jr, anunciados en papeles protagónicos. Un espectáculo bien coreografiado, combinando clips y breves conversaciones con los actores, parados en el escenario, sin el formato panel.
 
No hubo presentación de DC, el brazo de Warner Bros que alberga el universo de Batman,Superman y Wonder Woman, en Hall H. En reorganización económica desde que Warner devino Warner Discovery en 2022, el conglomerado no parece haber alcanzado todavía velocidad de crucero. Tampoco de Paramount, que debe haber gastado una fortuna publicitaria empapelando edificios con los programas de su plataforma; la empresa es objeto de una compraventa complicada desde hace varios meses. 
 
La relación entre Comic Con y Hollywood tiene un componente geográfico – Los Angeles, donde se cocina el bacalao desde los comienzos de la industria, queda a sólo 200 kilómetros - y otro de relaciones públicas y marketing.  Desde el desarrollo de las redes sociales a mediados de los 2000, quedó visto que la maquinaria publicitaria podía utilizar este evento para difundir masiva y globalmente sus productos.  Hubo ajustes en la última década para contrarrestar publicidad negativa de fans enojados y virales. Pero es el desnorte producido por la pandemia entre el 2020 y 2022, y el tumulto generalizado en Hollywood por los cambios de producción, distribución y exhibición, además de la aparición de un adversario accidental como la inteligencia generativa, quien ha replanteado la relación.  El éxito de Comic Con - más allá de la compra y venta de cómics, novelas gráficas, presencia de autores y exhibidores en el cavernoso Exhibition Hall – está predicado sobre la experiencia colectiva de ir al cine, en vez del consumo individual en espacio privado. De allí que como instrumento de marketing y publicidad Comic Con tiene que adaptarse a la realidad cambiante e inestable de Hollywood en la era digital. 

Fede Álvarez - Comic Con photo
Lo que no ha cambiado es la constancia eficiente con que Hollywood absorbe capital humano – gente creativa o de pericia tecnológica que viene de afuera, con un portafolio en sintonía con las necesidades globales de la industria.  Por eso fue interesante observar cómo Fede Álvarez, un uruguayo nacido en 1978, está en el pico de su carrera, completamente integrado al sistema, hablando sin acento, con gestos, modismos y vestimenta asociados a los directores “cool” de Hollywood. Personaje canchero, de pelo largo algo canoso, con vago aire de profesor, Fede Álvarez hizo el cortometraje Ataque de pánico. Marcianos en Montevideo en una Mac en 2009, que inmediatamente atrajo la atención de ejecutivos en Los Angeles cuando lo subió a YouTube.  Siendo su especialidad el cine de género – suspenso y horror, una constante de la industria  – Álvarez vino a San Diego para presentar Alien: Romulus, el último título de la “franchise” Alien, iniciada en 1979 por Ridley Scott. El panel que presidió fue vibrante, entretenido, incluyendo toques de terror – como la “invasión” de criaturas malintencionadas, manejadas por control remoto, y el reparto de esos esqueletos, de plásticos, con dedos alargados e instintos asesinos, al público de Hall H. (Detrás mío, un chiquito lanzó un aullido de terror).  Ridley Scott, productor del film, estuvo presente, haciendo preguntas en un video grabado para la ocasión. Brillante maniobra publicitaria dos semanas antes del estreno de la película.
 
La oferta en Comic Con es variada para quien no quiere o puede hacer colas nocturnas para entrar en Hall H al día siguiente. El “cosplay” une a grandes y chicos, y algunas de las fotos adjuntadas al artículo, muestran la variedad y creatividad de la oferta. Hay familias enteras con unidad temática, y no faltan bebitos recién nacidos en disfraz de Spider Man, Bumble Bee o mini-guerreros de las galaxias; aparecen también perros disfrazados. Atmósfera de carnaval y buena onda, a pesar del rebrote de Covid y el calor de verano.

Mash-up: Jedi Barbie
El pulso de la cultura popular también se puede tomar participando en los paneles que se ofrecen cada hora entre las 10 de la mañana y las 7 de la tarde, durante los cinco días de la convención.  De lo más interesante resulta siempre la Conferencia sobre el Arte de los Cómics, con profesores y expertos en todo tipo de temas, entre ellos manga, animé, artistas internacionales, géneros, estilos y el estado de la industria editorial.  
 
Con el prestigioso premio Inkpot – alusión al tintero de los dibujantes – se premió al animador y artista de cómics y novelas gráficas Juanjo Guarnido, un español nacido en 1967 y afincado en Paris, dos de cuyas publicaciones - la serie sobre el detective felino Blacksad y la ilustración secuencial de la segunda parte que inventa para la novela El Buscón de Quevedo - merecerían circular ampliamente por la Argentina, si es que ya no lo hacen. Viendo los dibujos de El Buscón en las Indias – versión original francesa publicada en 2019, traducida por Guarnido al castellano, “muy cuidadosamente”, según me dijo - se perciben la influencia y homenaje a Diego de Velázquez. 
 
Un grupo importante de paneles se dedica a recopilar diversos aspectos de la historia de los cómics en Estados Unidos, con figuras destacadas del arte y la industria, que dejan testimonio en mini-historias orales de este fenómeno cultural norteamericano y global. Hubo homenajes esta vez a Batman, en sus 85 años; a la serie SpongeBob Square Pants; homenajes a Stan Lee, organizador de universo Marvel, que hubiera cumplido cien años; al artista underground Harvey Pekar; al japonés Osamu Tezuka, influido por la obra de Disney en los años cuarenta y cincuenta; y al escritor Isaac Asimov. 
 
El fervor electoral norteamericano se coló en muchos paneles, con marcado tono anti-Trump. En el que festejaba la serie de Fox Los Simpson, su creador Matt Groening presentó un clip de Kamala Harris, ungida reciente del Partido Demócrata, de hace unos años, donde se la ve citando una frase de la serie. Recibió una ovación estentórea. 
 
Comic Con ofrece a sus miles de participantes, curiosos y entusiastas de la cultura popular – esa que criticaba la escuela de Frankfurt - una suerte de enciclopedia anárquica, cuya estructura desordenada, conexiones fortuitas y perplejos corredors hubiera quizás encantado a Borges.

Fotos de Jonathan Kuntz
 
Este artículo fue publicado por Ámbito, el diario argentino por quien me acredita como periodista el San Diego Comic Con, el 29 de julio de 2024. https://www.ambito.com/espectaculos/san-diego-celebro-esplendor-la-nueva-edicion-comic-con-n6040671

Monday, July 15, 2024

Alberto Isaac's "En este pueblo no hay ladrones (1965): Announcing the New Mexican cinema". Program notes for the Latin American Cinemateca of Los Angeles screening, July 13, 2024


 

In 1964, a newspaper cartoonist who had been a swimmer in the 1948 and 1952 Mexican Olympic teams, entered his debut film in the First Contest of Experimental Cinema, sponsored by the Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica, STPC, the union of the hierarchical film industry seeking to attract new talent to a fossilized field.  Winner of the second prize, En este pueblo no hay ladrones, which premiered in Mexico City in September 1965, would be the first of the 13 features Alberto Isaac, el “Güero” as he was affectionally called, directed until his death in the late 1990s (1).

Alberto Isaac
Two recent books published in Mexico celebrate the life and work of Alberto Isaac (1923-1998), firmly perceived to be a reference of Mexican culture in the 20th century (2). A versatile artist, whose work includes cartoons, paintings and ceramics, Isaac took the pulse of Mexican popular culture, viewed from his native state of Colima and Mexico City, as his professional life developed in the 1960s around a group of intellectuals and artists proposing a renovation of Mexican cinema. Besides Isaac, names like Carlos Monsiváis, José de la Colina, Rafael Corkidis, Salvador Elizondo, Paul Leduc and Emilio García Riera would become the Mexican intelligentsia in cultural matters, and specifically film, for the next two decades. They proposed a new approach to Mexican film, one that favored realism and a space for political and social critique. They were influenced by European cinema – Italian neorealism and the French New Wave – as well as the vigorous anti-Hollywood examples of the New Latin American cinema of Brazil and Cuba. They formed the group Nuevo Cine, issued a manifesto and founded a journal (3). Their fervor and advocacy led to the creation of film preservation – the Cineteca Nacional - and cinema programs at the university level, like the Centro Universitario de Estudios Cinematográficos at the Universidad Autónoma, UNAM, with a Filmoteca attached, and the Centro de Capacitación Cinematográfica (4).

 

It is not by chance, then, that Isaac’s En este pueblo no hay ladrones is emblematic of the call for renewal gripping Mexican cinema in the 1960s and the ensuing changes that unfolded when a new generation of filmmakers entered the scene in the following years: Arturo Ripstein, Paul Leduc, Felipe Cazals, Jaime Hermosillo and Jorge Fons (5). 
 
En este pueblo no hay ladrones
 was shot in 35 mm, in less than a month in Mexico City and the town of Cuautla in the state of Morelos. Critic and future film historian Emilio García Riera adapted with Isaac the short story by Guillermo García Márquez, included in the compilation Los funerales de Mamá Grande, published in 1962.  The jump to international literary fame of the Colombian 1982 Nobel prize winner would come three years later, in 1967, with the publication of Cien años de soledad

Gabriel García Márquez, left
The names of other collaborators in the project, playing cameos, makes for a fun film reference, since it is a collection of the names that would shape the Mexican cultural establishment of the next two decades: none other than Luis Buñuel, as a hell-fire-and-brimstone priest; the writer Juan Rulfo, the other key name of the Latin America literary boom, two of whose stories Isaac would adapt in his 1972 film El rincón de las vírgenes), filmmaker Artur Ripstein; painter Leonora Carrington; artist Luis Cuevas; critic Carlos Monsiváis and García Márquez himself, as the ticket taker in the town cinema. 
 
For those familiar with the narrative, genres and stars of Mexican cinema of the Golden Age – beautifully celebrated this month by the Academy Museum series “Damas de la pantalla: The Women of Mexico’s Época de Oro” – the contrast between these classics of the 1940s and 50s, spectacularly rendered in a Hollywood style, and En este pueblo no hay ladrones, with its realistic simplicity, could not be more glaring.  The aspirations of Nuevo Cine are captured in such a way that Isaac’s film has reached the status of a classic. And for students of cinema, a tangible example of how the golden age was giving way to a new artistic sensibility in the 1960s. is in front on their eyes.
 
Julio Pastor and Rocío Sagaón
The tropical setting of García Márquez’ Colombia is now Mexico, but the contours of the story, its characters and the idiosyncrasies of an isolated town are faithfully rendered in this journey from the word to the screen.  Dámaso, played by Julio Pastor (with a wink to the dapper bon vivant persona of Pedro Infante), has no job and relies on the work of his pregnant wife Ana (Rocío Sagaón), who washes and irons to subsist. He spends his days at the local pool parlor and bar, the only entertainment in town, until one day, at night, he steals the billiard balls, mostly out of boredom and thoughtlessness. An escalation of gossip, violence and xenophobia quickly leads to the apprehension of a passing stranger. Damaso’s involvement with a local prostitute, and a failed attempt to return the balls lead to a tragic fate.  

 

The film proceeds leisurely, more concentrated in the minute depiction of the characters thancreating drama and suspense. What is foregrounded, notes Carl J. Mora, is “the social examination of a small, poverty-stricken town where nothing ever happens.  Dámaso is seemingly the only resident who dreams of better things but is finally overcome by the stultifying inactivity of the town” (6).
 
Luis Buñuel as the town priest
What is interesting to note of how Isaac – with cinematographers J. Carlos Carbajal and Rafael Corkidi (uncredited), editor Carlos Savage and production designer José G. Jara - captures on location the provincial world that García Márquez was already building in his pre-One Hundred Years of Solitude. This unnamed town functions like Macondo, both a real and a mythical place.  The realistic setting of the film version is used as a jumping point to lay a second layer of meaning, as the town becomes emblematic of a place that is inescapable and circular, and where dreams are squashed.  In this space, between the real and the symbolic, En este pueblo no hay ladrones lays out its compassionate critique.  Even the blunt homily of Buñuel from the pulpit -which in his own films would be a merciless anti-clerical speech – is deflated by the stoic demeanor of the parishioners attending mass.
 
The Latin American Cinemateca of Los Angeles has programmed this beautiful digital restoration of a pivotal film in the history of Mexican cinema (7). If one makes a list of all the titles shown by the Cinemateca over the years – and certainly since 2004 when I started writing the program notes - one realizes how this institution, essential to preserve the film memory of Los Angeles, has passionately celebrated the history of Hispanic cinema in the Americas. 
 

Notes


(1)  David de Wilt. Profile of Alberto Isaac. https://www.grace.umd.edu/~dwilt/isaac.htm, accessed July 4, 2024.
 
(2)  Alberto Argüello Grunstein, “Alberto Isaac. El fluir d ela imagen en la práctica artística transmedial”. Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura / Centro Nacional de Investigación. Documentación e Información de Artes Plásticas, 2023. Online:
https://drive.google.com/file/d/1MWDwmo34KOjjr-YidgKq3-Ud4MvZ2-6W/view
Fernández Reyes, Amaury, comp. Alberto Isaac. A 100 años de su nacimiento (2024).
 
(3)  Carl. J. Mora, “Motion Pictures: 1960-1996”, in Michael Werner, Concise Encyclopedia of Mexico, Taylor & Francis Group, 2001, pp.509-512.
 
(4)  John King, Magical Reels. A History of Cinema in Latin America (1990), pp.132-133.
 
(5)  Isaac was the first director of the Instituto Mexicano de Cine, IMCINE, founded in 1983. For an assessment of the era, see Charles Ramírez Berg, Cinema of Solitude. A Critical Study of Mexican Film, 1967-1983 (1992), pp.46-47.
 
(6)  Carl J. Mora, Mexican Cinema. Reflections of a Society, 1896-1988. Revised edition, 1989, p.109.
 
(7)  This copy of En este pueblo no hay ladrones was made by the Digital Restoration Lab of the Cineteca Nacional, from a 35 mm acetate negative.  The film belongs to the collection of the Fundación Televisa.  The restoration is part of the preservation program of Mexican cinema, a joint effort of the Cineteca Nacional, the Filmoteca UNAM and the Fundación Televisa.
 
Additional sources
 
Joanne Hershfield, David Maciel, ed., Mexico’s Cinema. A Century of Film and Filmmakers (1999).
 
“Manifesto of the New Cinema Group (1961)”, and “Manifesto of the National Front of Cinematographers (1975)”, in Scott MacKenzie, Film Manifestos and Global Cinema Cultures: A Critical Anthology (2014).

Beatriz Reyes Nevares, The Mexican Cinema. Interviews with Thirteen Directors (1976).
 
Ronald Schwartz, Latin American Films, 1932-1994: A Critical Filmography (2005).


Alberto Isaac – Filmography as a director
  
1964    En este pueblo no hay ladrones 
1967    Las visitaciones del diablo
1968    Olimpiada en México, documentary  
1970    Fútbol México 70, semi-documentary
1971    Los días del amor
1972    El rincón de las vírgenes
1974    Tivoli
1976    Cuartelazo 
1977    Las noches de Paloma                       
1981    Tiempo de lobos 
1986    Mariana, Mariana
1988    Maten a Chinto! 
1994    Mujeres insumisas